lunes, 23 de abril de 2012

Hay días en que quieren vivir exactamente como si tuvieran 9 años

Menciana 4 - La Muralla 5
(De nuestro enviado especial. Jorge Molina)

Hay días en que no quieres renunciar ni a medio gramo de felicidad. Por eso los benjamines de La Muralla batieron al Menciana en su fabuloso pabellón, donde solo conocían victorias. Exactamente por eso.
Hay días en que quieren vivir exactamente como si tuvieran 9 años. Como si les rodearan otros 9 amigos de los de para toda la vida. Como si el 9 fuera poca nota para sus pretensiones. Y el Club les organiza la comida en un lujoso hotel ¡como futbolistas de verdad! Y se les cruza una cama elástica ¡pues a saltar en plena digestión! Y ven sin mirar a sus padres riendo, oyendo a una que fue nadadora explicar cosas muy sensatas a los más inexpertos, que así entienden lo que viene luego. 
Porque el portero Pablo come y come una hora antes del match. Y resulta que hará el mejor partido de su vida. Y Víctor sube y baja hasta resollar agotado una cuesta que le recuerda a su tierra. Paro luego jugar con alas en los pies, pura ventisca asturiana.
Dos ejemplos ayer del entusiasmo con el que, tras caer 4-1 en la primera mitad, decidieron todos aplicar la tesis de la felicidad que regía ese luminoso domingo. Y alicataron en la segunda un 0-4 en el marcador sin pausa, sin cambiar el gesto, sin un mal modo, con plena seguridad en ellos y en sus compañeros, sintiendo la silenciosa presencia del míster, Nacho. Pusieron las cosas en su sitio, vamos ¡que eran el CD La Muralla!
Vencieron 4-5 ante el educado y numeroso público de Doña Mencía, aplaudieron desde la cancha a sus enfebrecidos padres, recordaron a su entrenador Kiko –obligado en Sevilla-, y al poco preguntaban qué había de merendar.
En el bus de regreso, Nacho, Pablo, Jorge, Diego, Víctor, Perico, Manu, Dani, David y Arturo cantaban a voz en grito la canción del pirata mientras el sol se ponía en las Subbéticas, primero, y en sus pelos revueltos y suaves, finalmente.
Hay viajes que no se olvidan. Viajes de los que nunca vuelves, porque el que regresa es diferente al que se fue. Creo que nuestros chicos vivieron ayer uno de esos.
Ah, por cierto, caímos eliminados por el goal average. Pero doy por hecho que hasta el más lerdo sabe que el fútbol es una metáfora de la vida. No la vida.

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